La evidencia muestra que, durante las crisis de salud pública se profundizan las situaciones de desigualdad, las condiciones de vulnerabilidad existentes y se ve restringido el acceso a diversos servicios públicos de atención. Además, el cierre de escuelas supone un riesgo en la continuidad escolar de muchos adolescentes, situación a la que suma la interrupción de actividades deportivas y recreativas, reduciendo los espacios y redes de apoyo comunitario. Uno de los productos del proyecto supone la realización de un análisis que sintetice los efectos secundarios que el contexto de emergencia produce en la vida de las y los adolescentes que viven en situación de pobreza y/o son migrantes o refugiados. Esta información puede ser un insumo que aporte desde otra metodología, y con un tono más cualitativo, al estudio Encuesta COVID. Percepciones y actitudes de la población elaborado por el área de Inclusión. En el caso de la población migrante o refugiada reciente (menos de dos años de residencia) se trataría de una primera instancia de generación de evidencia sobre un colectivo que ha quedado en extrema vulnerabilidad a partir de la pandemia para poder elaborar futuras líneas de acción para su protección.