Tucumán atraviesa, desde hace más de 10 años, una crisis de los lugares de encierro que hoy parece haber alcanzado un nivel de emergencia sin precedentes. En agosto de este año había un 350% más de personas alojadas en dependencias policiales que en 2015, cuando dos fiscales de instrucción penal presentaron un habeas corpus colectivo por el fallecimiento de dos jóvenes en un motín en la comisaría de Yerba Buena. Es decir que la sobrepoblación de las comisarías es, sin duda, uno de los principales problemas, ya que el hacinamiento aumenta los niveles de conflictividad, somete a las personas privadas de libertad (en adelante PPL) a condiciones de vida sumamente indignas y propicia graves vulneraciones a sus derechos. ¿No estamos ante un descenso de las tasas delictivas, tal y como vienen anunciando distintos funcionarios provinciales? entonces, ¿por qué tenemos muchas más personas privadas de libertad que antes?.